A menudo se considera la década de los 1990 como la Era de la Información, gracias al aumento espectacular de la velocidad de los ordenadores y la capacidad de procesamiento. En esa época, la gestión del riesgo era principalmente un proceso informal en gran parte del sector, aunque MFS® trató de sistematizarlo de dos maneras para beneficiar más a los clientes. MFS contrató a analistas cuantitativos (o «quants», como se les llama en inglés), a quienes se les encargó que generaran informes de riesgo basados en los datos a partir de métodos matemáticos y estadísticos avanzados, y la empresa integró nuevas tecnologías para modelizar y evaluar el riesgo.
Uno de los primeros analistas cuantitativos que MFS contrató fue el director de riesgos de inversión Joe Flaherty, que recaló en la firma en 1993. Flaherty describía así el cometido de estos analistas: «Nos asegurábamos de que los riesgos que asumíamos eran coherentes con nuestra filosofía, coherentes con aquello en lo que nos considerábamos cualificados, coherentes con lo que decíamos a los clientes».
Los gestores de cartera se reunían periódicamente con los analistas cuantitativos para garantizar que conocieran muy bien las condiciones actuales del mercado que podían influir en el crecimiento a largo plazo. Este esfuerzo pionero entre departamentos creó un valor de inversión aún mayor para los clientes. Como afirmó Kevin Beatty, antiguo codirector de inversiones de renta variable: «No hay ninguna empresa en el mundo cuyo personal de análisis cuantitativo se reúna a hablar con el de renta variable y renta fija [como se hace en MFS]».
Asimismo, MFS modernizó su plataforma de gestión de riesgos mediante la actualización de las capacidades tecnológicas de la empresa, de modo que ahora tenía la capacidad de almacenar y organizar algorítmicamente datos con más rapidez. Si antes se tardaba un día entero o más en actualizar un modelo de inversión de riesgo, ahora la mayor potencia de computación permitía actualizar los modelos instantáneamente.
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