No obstante, la diversificación no termina ahí. Creemos que las estrategias activas disciplinadas pueden utilizar diferentes palancas para generar excesos de rentabilidad a través de la diversificación. Dentro de la renta fija, los gestores activos pueden utilizar palancas de alpha tales como la selección de sectores, de calidades crediticias y de valores junto con el posicionamiento en duración y la curva de tipos. Dentro de la renta variable, los gestores pueden utilizar factores, estilos o sesgos valorativos para impulsar los excesos de rentabilidad. Comprender el modo en que los gestores utilizan estas palancas para impulsar el exceso de rentabilidad puede ayudar a los inversores a crear una cartera más diversa mediante la combinación de gestores centrados en distintas fuentes de alpha.
Aunque la diversificación no garantiza la obtención de beneficios ni la protección frente a pérdidas, diversificar supone, en esencia, gestionar el riesgo. Creemos que los inversores pueden beneficiarse diversificando las fuentes de rentabilidad.
Cuestión que se debe considerar
- ¿Está su cartera diversificada por sectores, regiones y clases de activos, así como por fuentes potenciales de alpha?
Equilibrar oportunidades y riesgos
Las caídas de los mercados son una parte natural de la inversión y suceden con más frecuencia de lo que uno podría pensar. A lo largo del último siglo se han constatado 25 mercados bajistas, si bien en general suelen ser breves, con una duración media de alrededor de 10 meses. El pasado nos ha enseñado que las reversiones de los mercados nos ofrecen, con frecuencia, oportunidades para generar resultados a largo plazo para nuestros clientes. Esto lo hemos conseguido gestionando el riesgo bajista y aprovechando los momentos de sobrerreacción del mercado.
Creemos que las empresas de alta calidad con beneficios sostenibles tienden a verse menos afectadas durante fases bajistas del mercado que las empresas de peor calidad. Veamos el siguiente gráfico. Si el mercado bursátil sufre un retroceso del 20%, se necesita una rentabilidad del 25% para regresar al punto de partida. Una cartera que pierde un 15% durante ese mismo mercado solo necesita una rentabilidad del 17% para recuperarse de sus pérdidas.