
marzo 2025
Expectativas para 2025: un cambio de actitud en el diseño de las carteras
Resumen de las preguntas y respuestas del webcast de febrero de 2025 sobre las Perspectivas de los mercados de capitales a largo plazo.
Robert M. Almeida
Gestor de carteras y
Estratega jefe global
Jonathan W. Hubbard, CFA
Managing Director y Estratega jefe,
Market Insights Group
Kimberly G. Hyland
Senior Managing Director
Directora de Relación con Inversores
El actual entorno de inversión se caracteriza por unos cambios importantes de régimen, marcados por los tipos de interés más altos, la inflación y el incremento de la volatilidad. Las empresas deben adaptarse a los cambios de las políticas fiscales, la dinámica del mercado laboral y los avances tecnológicos. En este panorama económico en rápida evolución, las empresas deben capear una compleja red de factores macroeconómicos y microeconómicos para mantenerse competitivas y rentables. Comprender estos cambios y sus implicaciones resulta crucial para las empresas y los inversores que quieran prosperar en esta época de incertidumbre.
La década de 2010 a 2020 se caracterizó por unos bajos niveles de tipos de interés, inflación y crecimiento. Esto creó un entorno previsible y estable para las empresas y los inversores. La pandemia de COVID-19 perturbó esta estabilidad, lo que se tradujo en un entorno caracterizado por unos tipos, crecimiento e inflación más elevados. El enorme gasto público en respuesta a la pandemia impulsó el crecimiento económico y la volatilidad. Asimismo, a causa de las tensiones geopolíticas y los cambios en las políticas, las relaciones comerciales mundiales se revelan más impredecibles, lo que complica la situación para las empresas que operan tanto a escala nacional como internacional.
En este nuevo entorno macroeconómico, las empresas se enfrentan a un aumento de los costes y presiones sobre los márgenes de beneficios. La escasez de mano de obra y las alzas salariales plantean unos importantes retos, ya que algunos segmentos del mercado laboral no se han recuperado totalmente de la pandemia. En particular, el grupo de población de 55 años o más no ha vuelto a la población activa, lo que contribuye a las presiones salariales al alza. Las empresas deben encontrar una forma de gestionar el aumento de los costes de los insumos y repercutirlos a los consumidores a través del poder de fijación de precios. Las que puedan superar con éxito estos retos se hallarán mejor posicionadas para ofrecer rendimientos a los inversores.
Los avances tecnológicos, en especial en materia de inteligencia artificial (IA), están transformando el panorama empresarial. El verdadero valor económico de la IA dependerá de quién sea capaz de captar y rentabilizar con eficacia sus beneficios. Tal vez la IA puede mejorar la productividad y la experiencia de los consumidores, pero sigue siendo difícil generar un rendimiento de la inversión y cuantificarlo.
La IA podría impulsar la eficiencia y la innovación, pero no es una solución para todas las presiones de costes. El entusiasmo del mercado por la IA podría resultar excesivo, ya que la tecnología aún se encuentra en sus fases tempranas y su impacto económico es incierto. En estos instantes, sirve más como ayuda en la toma de decisiones que como sustituto del trabajo humano. El panorama competitivo de la IA está cada vez más saturado, ya que muchas empresas compiten por ganar cuota de mercado; esto podría desembocar en la indiferenciación de los productos y a presión sobre los márgenes de beneficios.
Para los inversores, construir una cartera diversificada capaz de soportar diversos escenarios cobra fundamental pertinencia en tiempos tan inciertos. Las expectativas a largo plazo de los mercados de capitales pueden ser una herramienta útil para ayudar a los inversores en este proceso. Esta estrategia implica utilizar información cuantitativa y cualitativa para elaborar unas expectativas para todos los países, regiones y clases de activos. Algunos de los factores esenciales que se deben tener en cuenta en el segmento de renta variable son el crecimiento real de las ventas, las valoraciones, los márgenes de beneficios y la rentabilidad de los dividendos. En renta fija, los rendimientos actuales, los diferenciales de crédito y la forma de la curva resultan elementos clave para determinar las expectativas de rentabilidad a largo plazo.
El mercado estadounidense, que actualmente cuenta con unos elevados márgenes de beneficios empresariales y unas valoraciones generosas, presenta unos retos y oportunidades únicos. En términos históricos, cuando los márgenes de beneficios han alcanzado los niveles actuales, han resultado insostenibles a largo plazo, lo que apunta que se podría producir una reversión a la media en algún momento. Esta reversión podría incidir en la rentabilidad general del mercado, por lo que resulta crucial que los inversores tengan en cuenta el abanico más amplio de la renta variable mundial. Dado que EE. UU. constituye una parte importante del universo de renta variable mundial, su rentabilidad influirá inevitablemente en las tendencias de los mercados internacionales. Por tanto, un enfoque equilibrado que incluya inversiones tanto estadounidenses como de otros países puede ayudar a mitigar los riesgos y aumentar los rendimientos potenciales.
Los aranceles y sus implicaciones para las empresas añaden otro factor de complejidad al panorama de inversión. La incertidumbre en torno a los aranceles puede retrasar la toma de decisiones de las empresas, lo que repercute en los beneficios y elevando los costes tanto para los consumidores como para las empresas. Esta presión inflacionista es particularmente difícil para una base de consumidores que ya está lidiando con el alto coste de la vida. Las empresas podrían tener que pasar de un enfoque de gestión de existencias «justo a tiempo» a uno «por si acaso» para mitigar los riesgos que se vinculan con a las interrupciones de las cadenas de suministro y la incertidumbre sobre los aranceles.
El panorama económico actual presenta tanto retos como oportunidades para las empresas y los inversores. El paso de un entorno previsible de crecimiento bajo, pero estable, a otro caracterizado por unos tipos, inflación y volatilidad más elevados exige un planteamiento estratégico y en continua adaptación. Las empresas deben gestionar el aumento de los costes y aprovechar los avances tecnológicos para seguir siendo competitivas, mientras que los inversores deben centrarse en construir unas carteras resistentes que puedan sortear distintos escenarios.
El mercado de renta fija, en particular, requiere un enfoque matizado en el actual entorno macroeconómico. A pesar de las intervenciones de los gobiernos y los bancos centrales, el mercado de bonos determina de forma independiente los tipos de interés en función de las condiciones económicas mundiales. En el entorno actual, sobreponderar la renta fija en las carteras de inversión puede ser una decisión estratégica. Los activos de renta fija de alta calidad y larga duración tal vez no ofrezcan una revalorización importante del capital, pero proporcionan una rentabilidad ajustada al riesgo más favorable que los mercados de más riesgo. La normalización de los tipos de interés, impulsada por factores como el crecimiento, la inflación y la productividad, indica que los activos de renta fija seguirán desempeñando un papel vital en la gestión de carteras.
La evolución del entorno macroeconómico exige un enfoque proactivo en la gestión de carteras. Los inversores deberían otorgar prioridad a la diversificación, además de considerar tanto la renta variable estadounidense como la de otros países, y permanecer atentos a la inflación y a su posible impacto en las correlaciones entre los activos. Los activos de renta fija, dados sus rendimientos más altos y su menor riesgo, también deberían constituir un componente clave de una cartera bien equilibrada. Creemos que la gestión activa y la diversificación ayudarán a los inversores a sortear la incertidumbre del mercado actual y a posicionarse para una inversión rentable a largo plazo.
Las opiniones aquí expresadas pertenecen al interlocutor. Estas opiniones no reflejan necesariamente las opiniones de MFS o de otras personas de la organización de MFS. Las previsiones no están garantizadas.